Por motivos que me parecen
absurdos y snobs, he oído y leído a muchas personas que se auto proclaman
ilustradas en literatura, mirar en menos al señor King. Efectivamente, Stephen
King no escribe como Dostoievski, tampoco como Victor Hugo, tampoco como Hemingway,
tampoco como ninguno de los autores que históricamente han sido considerados
los mejores. Efectivamente, los personajes de Stephen King no son un reflejo
universal de la sensibilidad humana ni exploran entre las fibras doloridas de
cada uno de nosotros. Efectivamente, la literatura de Stephen King no es de la
que trasciende mayormente a nivel vital. Sin
embargo, ello no la hace ni peor ni mejor literatura que la de los autores
previamente mencionados.
Antes de emitir mi opinión
respecto al libro en sí, quisiera ser sumamente enfática: Stephen King es un grandísimo
autor, y que merece el respeto de absolutamente toda las personas que aprecian
la literatura. Pues si bien no tiene las características que mencionaba
anteriormente, sí tienes otras que son
exactamente igual de válidas y destacables: Stephen King es un autor
con una creatividad alucinante, capaz de escribir una cantidad absurda de
libros, todos con una escritura
impecable y de maravillosa calidad, y que es capaz de mantener al lector
absorto desde la primera letra hasta la última.
Por supuesto, siendo autor de
tantos libros, existe la muy alta probabilidad de que si leyéramos varios de
sus libros, habrían varios que no nos gustarían ni satisfarían del todo (en mi
caso, me han gustado 3 de 5). Sin embargo, algo que pude notar personalmente,
es que incluso sus libros que no me gustaron, estaban escritos de forma maestra. Y si no me gustaron, no fue por
falta de habilidad del autor, sino por mero gusto personal. El mismo motivo por
el que prefiero el helado de chocolate por sobre el de piña.
Dicho lo anterior, y habiendo
dejado en claro que Stephen King no merece más desprecio de los llamados
“lectores intelectuales”, procedamos a lo que me pareció el libro: espectacular.
¿Por dónde partir? Siempre que
procedo a decir cosas positivas de un libro me abrumo en este punto. Quizá
podríamos comenzar por la sensación, por el delicioso susto que genera Stephen
King y que lo ha transformado en uno de los más importantes exponentes del género
de terror.
Tal y como mencioné en previos
comentarios sobre libros de terror (que pueden leer aquí y aquí), asustar a las
personas es actualmente tarea difícil. Años atrás, cuando el libro fue
originalmente publicado (1977) es probable que todavía fuera sencillo, pero
actualmente, con pocas cosas todavía sin una explicación científica y un mundo
híper-tecnologizado en el que rara vez se está completamente solo y desamparado
(siempre acompañados por la tenue luz del celular y el saber que al otro lado
nos espera el chat con Fulana o Mengana), es difícil. Lo prueba lo complejo que
se ha vuelto el crear películas de terror que realmente asusten, y todavía más
difícil: libros, que no poseen
imágenes ni sonidos ni screamers para aterrorizarnos. Sin
embargo, si bien Stephen King no nos va a hacer saltar del horror ni quedarnos
pegados en el techo, cuando estamos leyéndolo en silencio, a las 3 de la
madrugada, logra sacar escalofríos. Y para los que nos gusta el terror en lugar
de subirnos a montañas rusas, esa es la deliciosa sensación que se busca al
leer un libro de terror. Y Stephen King cumple.
Las descripciones del señor King
son tan precisas que en pocas líneas (las cuales están cuidadosa y bellamente
construidas, algo que aprendí al ser ésta primera vez que lo leo en su idioma
original) logra sumergirnos en el
contexto de forma maestra. Estamos allí. Conocemos a los personajes, y poco a poco
se nos van entregando datos de forma inocente que poco a poco nos comienza a
advertir las cosas que podrían salir mal en el futuro del libro. A ratos,
algunos fragmentos de información o incluso algunos personajes parecen
innecesarios y gratuitos, pero si hay algo que se debe saber de la literatura
del señor King es que absolutamente todo
es importante y nada es injustificado.
La trama de The Shining y la
emoción que provoca en los lectores se cuece al igual que las ranas (o eso dice
el dicho – valga la redundancia -). La echa en una olla con agua fría, va
soltando poco a poco las señales, el caos, la historia, el trasfondo y las
llagas personales de cada uno de los personajes, y antes de darnos cuenta, el
desastre es inminente pero no sorpresivo, porque todas las piezas han ido
calzando lenta y perfectamente.
Se podría pensar que al estar
todo construido de forma tan coherente el libro se podría volver predecible y
aburrido, pero de alguna forma que desconozco, Stephen King se las arregla en
The Shining para que esa “predicción”, al contrario de lo que se podría
esperar, genere todavía más expectación y angustia en el lector al tener más
conciencia que los personajes de lo que se está cociendo, de lo que está
pasando, del desastre que se avecina y los desastres que se podrían avecinar.
Respecto a la precisión humana de
los personajes, si bien anteriormente decía que Stephen King no genera
personajes que sean aparentes “reflejos universales y emocionales de la
humanidad”, sus personajes no dejan de estar construidos de forma realista y
precisa. No son personajes que con sus tormentos pretendan identificar al
lector, pero sí son personajes que universalmente se sabe que existen, y su
relación con el universo y el conflicto es certera, veraz y coherente. Por
ejemplo, los antecedentes de alcoholismo y falta de control de la ira en Jack
Torrance son coherentes con su posterior propensión a ser el que el hotel
escoge poseer. Y la maternidad cuidadosa de Wendy, con el no querer igualar el
comportamiento de su madre extraña y violenta.
Una herramienta interesante que
utiliza King en The Shining, son las analogías internas. Me parece que es un
tanto difícil adaptarlas a analogías universales (aunque eventualmente podría
hacerse) pero sí calzaban de forma muy precisa en el contexto del libro y de
los personajes. Al final, las analogías son técnicamente construidas por el
personaje, para el personaje. Por ejemplo, la analogía constante que se hace a
lo largo del libro entre el conflicto interno de Jack Torrance y un panal de
avispas. No quisiera dar mayores detalles, porque es interesante leerlo en el
libro. Sin embargo me pareció que era un detalle digno de mencionar. Pues si
bien la literatura de Stephen King, creo, se preocupa más de lo que se cuenta que de la forma, la forma no deja de ser literariamente bella y maestramente expresada.
Acorde a lo anterior, prosiguiendo
un poco con la forma en que Stephen King escribe, algo que siempre disfruto
muchísimo de sus libros (y que al menos se repite en los 5 libros suyos que he leído) es la
cinematografía de su relato. Es sumamente interesante y marcada la forma en que
lo que uno imagina a medida que lee, se parece muchísimo a una película: los
repentinos cambios de escena, los flashes en las mentes de los personajes, los
encuadres, la precisión visual (pero imaginada) de la emoción que el autor
quiere conseguir (como el caos del pánico o el orden de una alucinación calma),
y así.
Además de dejar muy en claro que
el libro es entretenidísimo y me encantó,
encontré fascinante lo bien conseguido que estaba el hotel “embrujado” y las
situaciones de caos y tensión. La forma en que los eventos paranormales
comienzan a literalmente perseguir y destrozarle los nervios tanto a los
personajes, y en menor medida, a los lectores, con una ensalada imaginativa de
estímulos perturbadores.
Para ir cerrando con el
comentario, siempre me parece entretenido notar las pequeñas influencias de
algunos autores en otros, y me emocionó encontrarme a Shirley Jackson (de quién también escribí una reseña hace algúntiempo) en la narración de Stephen King. No solo de forma literal, sino que también en la forma en que The
Shining está escrito. Ya mientras leía el libro, al notar que era el
hotel el ente antagónico y no los espíritus o entes o recuerdos que
vivían en su interior, comencé a evocar poderosamente a The Haunting of Hill
House. Posteriormente hice algunas investigaciones y noté que no
era solo una sensación personal, sino que una visión bastante oficial: The
Shining está considerado una especie de… “cover” (en términos musicales) o “versión”
(modificada, claramente) de la máxima obra de la querida Shirley. En ambos
libros la casa o el hotel son los antagonistas, en ambos tenemos a personajes
con poderes psíquicos que se ven afectados negativamente por el lugar en el que
se encuentran (Eleanor en la obra de Shirley, Danny en la de King), en ambos el
“lugar” (la casa o el hotel) quiere absorber a quienes tiene en su interior, y
en el proceso los enloquece completamente, como es el caso de Eleanor y Jack
Torrance.
¡No podía olvidarme de mencionar la película! ¿se parecen? La verdad
verdad verdad, es que ví la película hace muchísimo tiempo, por lo que no
recuerdo demasiados detalles (lo que fue positivo a la hora de leer el libro,
pues realmente me trajo sorpresas, no me sabía toda la trama). Sin embargo,
hay partes que sí recuerdo, que son tajantemente distintas y el mismo King ha dicho variadas
veces que detesta la versión de Stanley Kubrick debido a la grosera
arbitrariedad con que modificó la historia (algunos dicen que hubo hasta una suerte
de “bullying” entre ellos, se los dejo a su propia investigación).
Para dar algunos ejemplos, podríamos partir diciendo que el final es completamente distinto, así de tajante. Completamente distinto. Respecto al rol de los personajes: en la película, Wendy no parece una mujer de mucho valor, lo único que hace es pasárselo gritando y siendo histérica. En el libro, además de la variante física (Wendy es rubia, no morena), la madre de Danny si bien es sobreprotectora y a ratos un tanto exagerada, sin duda es muchísimo más valiente, luchadora y estable que la que se presenta en la película. Respecto a Jack, según entiendo en la película se omiten detalles de su descontrol previo (con el alcohol y la ira) por lo que la forma en que se desarrolla su “posesión” por el hotel, sería distinta. Y Danny… una amiga ya me lo había dicho, pero después de leerlo pude confirmarlo: Danny es uno de los personajes más importantes en el libro, si es que no el más importante, y a la vez es un pequeño muchísimo más inteligente e interesante que el que se muestra en la película.
Respecto a otros detalles, en
ninguna parte aparecen las gemelas invitando a jugar a Danny y Jack jamás
utiliza un hacha para atacar; lo que utiliza es un mazo de roque, lo que acorde a lo que se explica en el mismo libro, es una
versión previa al croquet, con mazos
muchísimo más grandes y pesados que los utilizados en el croquet. No hay “here’s
Johnny” pero sí está la escena en la que se asoma la cara de Jack mientras
Wendy está en el baño muriéndose del terror. Es probable que hayan muchísimas
más diferencias, pero les ruego que me disculpen el no recordarlas al haber
visto la película hace tanto tiempo (eso sí, pretendo volver a verla durante
estas vacaciones).
¿Es mejor la película o el libro?
Diría que son cosas distintas. Las películas de Stanley Kubrick son tan
geniales, que aunque haya modificado cosas de forma grosera, lo que recuerdo de
la película es que era buenísima. Y no soy solo yo y mi vaga memoria, sino
muchísimas las personas que la consideran una película formidable. Además, al
ser una película tiene muchísimos detalles que un libro sencillamente no tiene,
partiendo por el aspecto audiovisual.
Sin embargo, el libro también es genial. Es más detallado, más preciso en
el desarrollo de la historia, e igualmente entretenido. Al final, son
experiencias distintas, por lo que les sugiero experimentar ambas: tanto la película como el libro.
Lo que me lleva a cerrar este comentario con un sí,
usted debe leer éste libro. Y sí, voy a querer leer Doctor Sleep.
Sinceramente no pensé que el
comentario fuera a resultar tan largo, les ruego que me disculpen si a ratos los
aburrí un poco con mi cháchara, pero éstas son las cosas que pasan cuando lees
un libro que te gusta mucho y que intentas desmenuzar todo lo que se pueda. Como
siempre, muchísimas gracias por leer y muchísimas gracias por comentar <3
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