
Advertencia. La siguiente reseña y crítica
literaria es especialmente larga, por lo que se sugiere leerla acompañada de un
tecito y un sanguchito, o un quequito, o un pie de limón, o todos juntos.
* * *
Después de pensar y
revisar las notitas que fui tomando a lo largo de mi lectura, estructuré el
comentario que vengo a hacerles en tres partes: 1. La novela en sí 2. La visión
literaria y política, y 3. La visión personal.
1. La novela en sí
En primer lugar, en caso
que no hayan oído de la novela anteriormente, sería importante mencionar de qué
trata y por qué es una obra tan importante. Doctor Zhivago es una novela rusa
publicada en 1957, en Italia, la cual en síntesis, narra las vivencias de Yuri
Zhivago y las personas relativas a él. Lo anterior no sería mayormente
destacable si no fuese porque Yuri Zhivago es un doctor sumamente idealista, de
vocación artística y por ende individualista, que le toca vivir en uno de los
periodos quizá más tormentosos de la historia de Rusia y menos apropiado para
sus características personales: la Revolución de Octubre de 1917 (también conocida
como la Revolución Bolchevique) y tanto sus antecedentes como consecuencias
históricas al interior del largo periodo histórico que fue la Revolución Rusa.
Doctor Zhivago comienza
con la introducción de los personajes siendo niños, y se va desarrollando al
mismo ritmo que la vida, permitiéndole a los lectores observar en detalle a absolutamente
todos los hechos y factores que construyen a cada personaje y cada
evento, hasta llegada su adultez y el estallido de la revolución.
La novela fue escrita
mientras los hechos se sucedían, y al representar el contexto histórico de
forma realista – es decir, sin escatimar en descripciones de la brutalidad,
muerte y horror que siempre involucra un conflicto político, especialmente una
guerra (recordemos que la Revolución de Octubre, además de involucrar el
conflicto usual de una revolución, fue seguida de una Guerra Civil) - fue
censurada en Rusia hasta hace poco, y el autor constantemente atosigado por su
escritura. El manuscrito llegó a manos italianas, y fue en aquél país, y en
aquél idioma que la obra pudo ser presentada al mundo por primera vez. Sin
embargo, no fue hasta 1988 que la obra pudo ser finalmente publicada en Rusia y
en su idioma original (¿Se dan cuenta, 1988? Eso es solo 5 años antes de que yo
naciera). En 1958 (disculpen la cantidad de fechas, pero en esta ocasión me parece
apropiado un poco de historia) A Borís Pasternak se le concedió el premio nobel
de Literatura por la escritura de Doctor Zhivago, pero se vio obligado a
renunciar a él al haber sido amenazado con la tortura de seres queridos y la
prohibición de regresar a una Rusia que Pasternak, a pesar de todas las
críticas y conflictos, siempre amó.
Dicho todo lo anterior,
notarán que Doctor Zhivago es una novela tanto literaria, como política e históricamente destacable. Y es precisamente ello lo que la vuelve una novela tan compleja,
desarrollada, profunda, interesante y emotiva. Tanto por su contenido, por su
narración, por el contexto de los personajes, como por el contexto del propio
autor. Y a un nivel más personal, por la abrumadora similitud entre los
contextos tanto de Zhivago como Pasternak, con los de toda mi familia Polaca,
especialmente el de mi abuela.
2. La visión literaria y política
Decidí ubicar a estos dos
puntos - la literatura y la política - bajo el mismo subtítulo, porque me
pareció que en la novela eran dos aspectos que funcionaban de forma
complementaria. Por un lado, la narración no podría haber existido sin el
activo contexto político de la época, y a la vez, la crítica a este contexto no
habría funcionado sin una narración tan armónica y – a mí parecer – tan
imparcial como la de Dr. Zhivago.
En primer lugar, Doctor
Zhivago es una obra que está narrada y construida en elementos literarios de
forma magistral. Algunas personas
argumentan que existió manipulación política de parte de los enemigos de Rusia
en la entrega del nobel a Pasternak, lo que me parecería completamente
factible, sin embargo, independiente de ello creo que Pasternak fue de todas formas
completamente meritorio de aquél galardón.
Uno de los muchos
aspectos que he podido notar que se repite entre autores históricamente
reconocidos y que también pude notar en la obra de Pasternak, fue el
meticuloso, predecible y a la vez impredecible realismo con el que estaba
absolutamente todo construido: desde los personajes y escenarios (descritos
como si el autor los hubiese escrito observando una foto), hasta los eventos y la
forma en que todos los hechos estaban íntimamente interconectados; como todo en
la vida, a fin de cuentas, y aún más en un área geográfica que aunque extensa,
en el contexto histórico narrado en general aisló a los países eslavos.
Realista o no (algunos
críticos consideran que el siguiente punto, al contrario de mi opinión, le
resta realismo a la obra) algo en lo que quisiera poner hincapié fue en el
agrado literario que me produjo el que todos los hechos estuviesen íntimamente
interconectados. Al leer el libro, desde el principio hasta el fin, casi no
existen escenas o personajes insignificantes, y absolutamente nada se olvida a lo largo del desarrollo
del libro y su trama. Después del primer tercio del libro, el narrador regresa
constantemente a los eventos descritos en el pasado, y se los utiliza de forma
ejemplar para explicar de forma exquisitamente precisa absolutamente todos los
eventos posteriores.
Tal y como mencionaba al
principio de este comentario, y que está relacionado con lo que mencionaba en
el párrafo anterior, algo que me pareció sumamente interesante fue el poder
observar, primero, la construcción psicológica de los personajes (desde su
infancia, con los eventos que los marcaron) y,
posteriormente, el desarrollo, la evolución, y las consecuencias de estas
psicologías ya construidas con sólida evidencia y meticuloso detalle (es
probable que repita la palabra “meticuloso” varias veces durante el comentario,
porque si hay algo que me pareció Pasternak al escribir el libro fue
precisamente ello: meticuloso). Por dar algunos ejemplos que no son grandes
spoilers (pues se dicen tempranamente en el libro), el hecho de que Zhivago
creciera sin padre es un aspecto cuyas consecuencias psicológicas se pueden
notar a lo largo de todo el libro. Y el hecho de que Lara fuese iniciada
sexualmente de forma temprana, siendo aún una niña, es un asunto que también la
persigue a ella y a los hechos a lo largo de toda la obra.
Detallando un poco más en
la trama, me pareció un recurso sumamente interesante y efectivo (para la
crítica sociopolítica de la novela) el hecho de que los personajes, después
de ser casi todos amigos de la infancia, volviesen a encontrarse en
circunstancias adversas y bandos contrarios en la adultez. Y que a su vez, sus
nombres, apodos y apelativos fuesen mutando a medida que ellos mismos
cambiaban. Como es el caso de algunos personajes que pasan de diminutivos
infantiles, a pseudónimos de guerra. O del mismo Yuri Zhivago, que pasa de ser
cariñosamente llamado Yura o Yuroshka, a doctor Zhivago.
Otro punto que me parece
digno de mencionar, antes de irnos de lleno a la porción política de la obra,
es la armonía que presenta el libro con el ritmo de la vida. Puntos que ayudan a
éste ritmo son desde la forma de hacer transcurrir el tiempo, poniendo especial
énfasis en la mención de las estaciones y las celebraciones religiosas rusas,
hasta la variedad de temáticas que abarca la novela: romance, misterio, guerra,
dolor, tristeza, alegría, agotamiento, casualidad, compañía, soledad, etc. Siendo
todos los anteriores, aspectos que de alguna u otra forma se hallan presentes
en absolutamente todos los tiempos y todas las vidas.
Ahora, pasando al vínculo
que tiene la novela tanto con la historia como con la política, un punto que me
pareció sumamente destacable fue la narración desde una perspectiva civil,
neutral e imparcial, permitiendo generar reflexión y diálogo entre los
lectores. Por ejemplo, a lo largo de la novela, doctor Zhivago manifiesta su
opinión sobre el contexto en el que se encuentra, y si bien aquella opinión
representa una de las muchas que podrían encontrarse frente a la Revolución
Rusa, Pasternak también nutrió su obra con una amplia variedad de personajes
que proponen argumentos distintos de los de Zhivago. Coherente con lo anterior,
Pasternak le entrega la posibilidad a sus lectores de simpatizar con diversos
argumentos, compararlos, considerarlos todos, y formarse una opinión
entrañablemente propia.
Inevitable y obviamente,
el argumento y la perspectiva que prima
es la del doctor Zhivago, pues es el protagonista de la obra. Sin embargo, no
me parece que ello termine generando parcialidad. Además, y ahora
añadiendo un poco de perspectiva sumamente personal, me parece que la visión
política de Zhivago es en general bastante neutral, tranquila, no-fanática, y se
podría decir que en su mayoría estoy bastante de acuerdo con él, las críticas
que hace al proceso soviético y la actitud imparcial que adquiere dentro de lo
que le permiten las circunstancias.
En general no me gusta
hablar de política porque las personas suelen ponerse peor incluso que
discutiendo de religión, y además de exaltarse, caer en la soberbia y la
violencia, suelen inmediatamente omitir el diálogo y clasificarte en algún
sector político. Desde ya quisiera decir que yo no simpatizo con absolutamente ningún sector político,
pero sí rescato algunas cosas de todos los sectores, y a su vez crítico y
aborrezco la mayor parte de los mismos. Considerando lo anterior, el importante
componente político que tiene esta obra, y los antecedentes que construyen mi
propia persona, no podía quedarme sin emitir mi opinión respecto a la temática
política que se abarca en el libro: el comunismo soviético y la revolución
rusa.
Al igual que mencionaba doctor
Zhivago en el libro, me parece que todos estamos de acuerdo en que los
trabajadores merecen condiciones laborales dignas. Merecen respeto, derechos,
reconocimientos. La clase alta necesita consciencia y abandonar esa obsesión
acaparadora. Y las personas, todas las personas, merecen educación, salud y
seguridad gratuita, de calidad e igualitaria. Algunos de éstos puntos,
especialmente el de la educación, se logra con el comunismo (y se puede ver
tanto en la ex Unión Soviética como en la actual Cuba), sin embargo, una parte
importante de los derechos básicos de las personas, en la práctica, se ven
perjudicados por A, B y C motivos (por
supuesto, la vulneración de derechos básicos de las personas es algo que, hasta
ahora, ocurre en absolutamente todos
los sistemas políticos). Tal y como está descrito en el libro, la Revolución
Rusa (al igual que todo conflicto político, a fin de cuentas) fue horrorosa, y
más allá de un vano intento de lograr un bienestar general (fin que, tal y como
se menciona en el libro, a ratos parecía olvidarse por la inevitable formación
de elites en absolutamente todas las esferas) pasó a llevar a todas las
personas en sus derechos de individuos.
Un punto en el que me
gustaría ahondar, es en el concepto de “individuo”, el cual se presenta con
bastante intensidad a lo largo de todo Doctor Zhivago. En la novela, uno de los
aspectos en los que más me sentí identificada con Yuri Zhivago y su visión del
contexto en el que vivió, fue en la perspectiva
de la persona con vocación artística. Lo que a continuación diré es
especialmente argumentable y discutible, por lo que me gustaría que me dejaran
su visión y opinión al respecto en los comentarios (siempre que sea respetuosa,
porque si me van a tildar de facha o comunista, pueden ir inmediatamente
despidiéndose de mí): El arte, a mi parecer, es una actividad sumamente
individualista. A pesar de que desde diversas perspectivas el arte se podría
considerar como un trabajo público, a disposición del público, me parece que el
núcleo de la creación artística es la expresión de algo, lo que sea, pero
que habita en el interior del artista.
Ahora, en la práctica y
según entiendo, parte importante de los principios del comunismo implican que
en síntesis: todos debemos trabajar para el bien de todos, por lo mismo, el
trabajo que una persona realice debe dar frutos que lo beneficien tanto a él,
como a todo el resto de las personas. El comunismo no es individualista, el
comunismo (al menos el soviético, y el que se presenta en Doctor Zhivago, mantengámonos siempre en aquél contexto)
es colectivista, ergo se preocupa de un bien colectivo y equitativo, y es aquí
donde el artista (el artista como Zhivago, y como yo me considero
personalmente) no calza del todo. Porque el arte, en su estado más puro y
genuino como un pedazo de alma del artista, no tiene un uso práctico. Una sola
pieza de arte específica no beneficia a un nivel colectivo ni generalizado,
cómo sí beneficia la eficiente producción de maíz, como sí beneficia una
apropiada educación, como sí beneficia un eficiente funcionamiento de los
sistemas de transporte.
Y es por esto mismo que
Zhivago sucumbe a su contexto histórico, y es probable que yo también habría
sucumbido, y por lo mismo que sucumbió mi abuela y su familia y tantas otras
personas en el régimen comunista de la Unión Soviética. No es solamente el
arte: es el no poder ser libremente un individuo,
con características disímiles y heterogéneas, distintas, no necesariamente
prácticas. Doctor Zhivago, la novela, entre muchas cosas, termina plasmando el
creciente decaimiento del artista en un contexto en el que no cuenta como
individuo, sino que cuenta como doctor, como camarada, como una mano útil al
servicio de las demás personas antes de al servicio de sí mismo.
Por supuesto todo esto es
debatible, y me parece que nunca llegaremos a un acuerdo más allá de nuestras
perspectivas personales. La eterna pregunta: ¿Qué es más importante, un
bienestar generalizado que merma el bienestar individual, o un bienestar
individual que merma el bienestar general? Es una pregunta difícil, porque a
fin de cuentas todos somos individuos, y todos somos parte de una sociedad que
para funcionar necesita de la cooperación colectiva.
3. La visión personal
Me parece que ya he
mencionado bastantes aspectos que a nivel personal transforman a Doctor Zhivago
en una novela que me resultó especialmente interesante y significativa. Ya
mencioné lo que me había parecido a nivel literario y también político, ambas
áreas en las que hice observaciones personales. Sin embargo, en todo momento
que me referí estrictamente al libro, intenté emitir comentarios lo más objetivos y
despersonalizados posibles.
Es en este punto que me
gustaría decir con todas sus letras que el
libro me gustó. A ratos resultaba ligeramente agotador, el tema de los
nombres y patronímicos es complicado (aunque es el detalle más nimio) y además
es un libro con muchísimos detalles en el cual todos son importantes, tanto
literarios (recursos narrativos, descripciones, personajes) como contextuales
(datos históricos). Tuve que regresar varias veces y releer páginas que ya
había leído para no perderme absolutamente ningún punto, y paralelamente
investigar sobre el contexto histórico para poder comprenderlo de forma óptima.
Aprendí muchísimo, lo que
como siempre, es de las cosas que más me alegra al terminar un libro. Y además
de haberme instruido un poco más en historia, tema que siempre me ha interesado
pero para el cuál a veces la memoria me falla, pude instruirme en un punto que
ya mencioné anteriormente y que es: mi propia
historia y la de mi familia.
Toda mi familia materna,
de mi abuela hacia atrás, es polaca, y todos viven en Polonia. A los 18 años,
cansada y horrorizada de las dificultades con las que se vivía en su país
natal, mi abuela se casó con mi abuelo (chileno, que se encontraba estudiando
en Polonia) y vinieron a vivir acá, un lugar que era un paraíso de alegría y
calidez en comparación con la triste y fría Polonia eternamente pisoteada,
primero por los Nazis y después por el régimen Comunista.
Antes de venir a Chile,
la vida de mi abuela y su familia se parecía mucho a muchos libros y películas,
pero como es de inferir, especialmente a Doctor Zhivago. De hecho, crecí
escuchando narraciones tan fascinantes como horrorosas que siempre he sentido
como un deber moral el plasmarlas en un libro hecho y derecho. Como las
fronteras de casi todos los países eslavos han cambiado infinitas veces a lo
largo de la historia, la porción europea de mi familia no está solo compuesta
por polacos, sino que también por lituanos, eslovacos, y – por supuesto – rusos,
entre otros. Además de involucrar también todos los escenarios previamente
mencionados, y que también se pueden observar en Doctor Zhivago: los trenes de
Siberia, el hacinamiento, los fusilamientos a diestra y siniestra, la hambruna,
el frío, la nieve, la violencia, las irregularidades, la pobreza, la miseria.
Fue especialmente poderoso
y emotivo leer en un libro – tan bien escrito además – historias que se
parecían tanto a las que me contaba mi abuela. De familiares que, huyendo de
los diversos conflictos que han azotado a la zona históricamente, viajaban en
trenes completamente hacinados por Siberia en los que los niños morían, y los
guardias ¿deshumanizados, quizá? lanzaban por la borda los cadáveres a la nieve
para evitar infecciones y al mismo tiempo reducir el hacinamiento, mientras la
madre se agarraba el pecho y se deshacía en llanto. Historias de tíos,
denunciados por vecinos por tener una radio o por sencillamente caer mal, que
fueron detenidos y de los que jamás se volvió a saber.
Mi sentimiento al leer el
libro, claramente no es algo inusual, especialmente en un país como el nuestro.
Por supuesto, muchísimas personas deben sentir lo mismo al leer libros o
documentos sobre la dictadura, y en mi familia también hay de aquellas
historias. Sin embargo, en mi caso, las historias que más me han impactado y
las que son más numerosas, han sido las que se refieren a la 2nda Guerra
Mundial y posteriormente al Comunismo y la Unión Soviética. Supongo que también
es, en parte, porque mi abuela es de mis familiares más cercanos y estimados
junto con mi mamá y mi papá, y por ende una de mis familiares con la que más
converso y le pido que me cuente de su historia.
Además del difícil
contexto histórico, fue emotivo descubrir la historia de mi abuela hasta en los
detalles más pequeños; desde la alimentación del doctor Zhivago y su familia,
hasta en la construcción de las casas, los nombres, los diminutivos, la forma
en que Yuri Zhivago se entretuvo de niño, y la forma en que posteriormente
vivió como adulto.
4. Conclusión
Comenzando a sintetizar, Doctor Zhivago me pareció un muy buen libro
por dónde se le mire. Su calidad literaria es formidable: sumamente bien
escrito, bien construido, de una trama meticulosa y personajes cuyas psicologías
son tan complejas como la vida misma. Es además un libro entretenido,
interesante, y que trata un tema del que todos deberíamos saber aunque sea en
términos generales, desde una perspectiva que a mi parecer es completamente
imparcial, justa, y que podría identificar especialmente a las personas que
sentimos la necesidad de expresarnos como individuos.
Además, a nivel personal,
considerando mi historia y la de mi familia, me llegó especialmente.
En los aspectos negativos
podrían considerarse la profundidad y extensión de descripciones algo
metafóricas, con mucha tendencia a la poesía (en caso de que no les guste mucho
la poesía) y la complejidad del libro en general, considerando temáticas,
personajes, eventos y técnicas de escritura. Sin embargo, es un libro que con algo de esfuerzo no
cuesta absolutamente nada leer, y que al contrario, termina siendo un agrado y
una fascinación.
¿Qué si debería leer este libro? Sin duda alguna. Doctor Zhivago es uno de aquellos libros que todos
deben leer aunque sea una vez en la vida.
Muchas gracias por leer
<3
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