Y es domingo, y se fue el
fin de semana, y el poco tiempo libre que tuve para dedicar a las cosas que me gustan
se pasó volando. He escrito poco en el blog últimamente, lo que me pone algo
triste, pero la universidad ha estado muy demandante y fome lo que
lamentablemente me deja con poco tiempo para hacer realmente cualquier cosa. Me
disculpo, con ustedes y conmigo misma.
Nunca he hablado
propiamente de ésto, pero las personas que me leen por algún tiempo puede que hayan
inferido que no lo paso especialmente de lo lindo en mi carrera. Si bien lo que
estudio no me molesta, y me he enamorado de la pedagogía y el Inglés por
separado, lamentablemente no es lo que me apasiona ni mucho menos mi vocación.
Estoy estudiando esta carrera por necesidad, y si bien cuando termine (lo que
afortunadamente ocurrirá muy pronto) pretendo re-encauzar mi vida en dirección
a mis pasiones y vocación artística, es especialmente agotador dedicar tanto
tiempo a algo que no te llena realmente, y que el tiempo que le puedes dedicar
a lo que sí te llena sea tan poco.
Pero no importa, no importa porque ahora mismo estoy acá,
escribiendo, y a pesar de esa introducción con un deje ligeramente emo, las cosas con las que la vida me ha
sorprendido este último tiempo han sido interesantes, bellas, emocionalmente challenging y por sobre todo: nuevas. He experimentado alegrías muy
intensas y algunas penas, pero el saber que estoy viviendo una etapa de cambios
y adquisición de conocimiento me llena con una felicidad superior a cualquier
pena torpe por aquí o por allá. Y aunque las instancias para escribir en el
blog escasean un poco, estoy repleta de ideas y proyectos a realizar tanto por
mi cuenta como con bellas y entusiastas personas que han llegado a mi vida en el
momento preciso <3
Sin embargo, yo no venía solamente a hablar de mi vida.
La semana pasada (¿o hace
un poco más de tiempo incluso?) recibí un comentario sobre mi opinión acerca de
las traducciones en esta entrada, y
me dejó reflexiva, pensando que quizá sería interesante ahondar en el tema.
Para la persona que me escribió el comentario: no quiero que piense que esta es
una “respuesta enojada” ni nada, al contrario, agradezco que manifestara su
desacuerdo e invito a cualquier persona que esté en desacuerdo con lo que me
aprontaré a escribir (y con cualquier cosa que escriba, realmente), a que lo
manifieste y me explique sus argumentos (siempre que sea con buena onda, tal y
como lo hizo la persona que comentó).
Hoy vengo a hablar sobre
dos temas que considero ligeramente polémicos en lo que respecta a literatura y
son: