Hoy vengo a contarles muchas
cosas, pero en primer lugar, hay algo muy importante que debo contarles:
Como habrán notado algunos, mi
blog tiene nueva cabecera. Y me
enorgullece profundísimamente, me llena de amor, emoción e hiperventilación, contarles
que el autor de semejante obra es nada más ni nada menos que mi papá ♥
Hace algún tiempo le había pedido
si me podía dibujar una máquina de escribir para la cabecera de mi blog. Le
describí vagamente lo que más o menos quería y hace algunos días me entregó la
maravillosa obra que actualmente pueden ver contemplar en la cabecera. Mi
primera impresión fue que casi me morí, porque superó abrumadoramente cualquier
expectativa que tenía. Siempre supe que mi papá era un gran artista, pero esta
obra reafirmó mi fanatismo: mi papá es
el mejor artista y el mejor papá del mundo, gracias papá ♥
Ahora, después de aquella
emocionante noticia, a lo que venía.
Hoy, más que a criticar, vengo a sugerir literatura. Y más precisamente,
como lo dice el título: literatura de
terror.
Siempre he sido fanática de lo
paranormal. Entusiasta del ocultismo, curiosa por los fantasmas, los espíritus,
las oui-jas, las casa embrujadas, las posesiones, los demonios, los símbolos,
etc. Siempre he sido eso sí, muy respetuosa. Pues si bien no creo en
ningún Dios ni en ningún demonio, sí creo en el alma, y me parece que jugar
tanto con la propia como con las de personas desconocidas podría ser peligroso. Soy
de la idea que tal y como existen tipos de seres humanos, existen tipos de
almas acorde a los seres humanos que las poseyeron: es decir, almas buenas,
caritativas, bonachonas, desinteresadas; como malvadas, enfermas, sugestionadas
en vida por la existencia de Dios y Satanás, etc.
Debido a todo lo anterior,
siempre he disfrutado mucho de las películas de terror, de las conversaciones
cotidianas con personas apegadas a éste mismo gusto, de la adrenalina que
produce aquél ligero temor por lo desconocido. Sin embargo, aunque parezca
curioso, hasta hace poco jamás había explorado la literatura de terror. Sí
había leído libros de ocultismo. Pero no eran historias de terror, no eran
novelas, no existía una trama. Eran más bien libros con tecnicismos que
describían las propiedades del ectoplasma,
por dar un ejemplo.
La verdad es que no sé por qué
jamás se me ocurrió leer un libro de terror. Supongo que porque estaba
demasiado entretenida queriendo leer otros libros, hay tantos que leer. Pero
después de ver El Conjuro (The Conjuring) (película muy entretenida, por
cierto, aunque con un final quizá demasiado cursi), quedé con ganas de saber
más de los demonólogos Ed y Lorraine Warren, y así llegué a The Amityville Horror (Horror en
Amityville), un libro de terror muy reconocido que narra la historia de un casa
que alguna vez investigaron estos demonólogos.
The Amityville Horror resultó ser un libro entretenidísimo, mi
primer libro de terror. No es muy largo, tiene alrededor de 315 páginas (de esas páginas chiquititas, cortas y angostas), y aunque lo
leí en Inglés, fue muy rápido de leer. Debo decir que no era una obra maestra
literaria, pero al describir un conjunto de hechos que son intrigantes de por
sí, fue como ver una película. Veloz, muy entretenido, muy emocionante y con un
poquito de esa adrenalina fantasmagórica que nos gusta sentir a los fanáticos del
terror.
La entretención que me produjo
leer The Amityville Horror fue tanta, que me decidí a investigar un poquitito
más en el género de terror y leer otros libros más.
Fue así como llegué a una larga
lista de obras de terror ampliamente reconocidas por su calidad literaria y
habilidad de atemorizar a sus lectores, entre cuyos títulos es posible
encontrar de todo: alienígenas, monstruos rarísimos, vampiros, niñitos raros,
fantasmas, espíritus, hasta historias en las que no existe ni media criatura sobrenatural
y el horror está en la realidad misma.
Como mi gusto personal tiende a
ir más por el lado de los espíritus en casas embrujadas y los demonios dentro
de personas que por el lado de los monstruos o los alienígenas, decidí
ahondar por esa área y llegué a dos libros que, me pareció, debían ser los
siguientes que debía leer: El Exorcista
y The Haunting of Hill House.
Casi todos sabemos de qué trata
El Exorcista. La película es muy reconocida, y estoy segura de que todos los
que la han visto han sentido aunque sea un ligero escalofrío en la parte que la
niñita baja las escaleras haciendo la araña. Sabía que la película estaba
basada en un libro, pero por algún motivo sospechaba que con una película tan
buena, el libro tenía que ser un poco peor.
Me equivoqué. Acabo de terminar de leer The Exorcist y quisiera decir que estoy sorprendida. El libro es buenísimo. No lo compararía con obras
maestra de la literatura como Wuthering Heights, porque lo que ambos libros
pretenden plasmar son asuntos completamente distintos. En El Exorcista no encontrarán
ni análisis profundos sociológicos, ni psicológicos, ni símbolos literarios. No
encontrarán metáforas desarrolladas, ni descripciones adornadas. Sin embargo, sí encontrarán una narración maestra de
una situación que es completamente ajena para la mayoría de los seres humanos
corrientes: el proceso de una
posesión demoníaca (ya sea real o ficticia) y el de un posterior exorcismo.
Cuando leí El Exorcista esperaba
encontrarme con una literatura similar a The Amityville Horror: entretenida
pero sin demasiada maestría literaria. Sin embargo, quisiera dejar muy en claro
que El Exorcista no es solo un libro muy entretenido, sino
que también está muy bien escrito. Y aunque no tiene profundos análisis de
nada – como mencionaba previamente – las breves descripciones psicológicas de
los personajes que sí tiene, están muy bien logradas, junto al vínculo que le
es posible generar al lector con algunos de los personajes principales. También
están muy bien logrados los conflictos de fé y el conflicto policíaco que entremedio se mezcla con la línea
principal de terror. Los sentimientos que suscita el libro también son amplios:
desde risa, hasta exclamaciones en voz alta, hasta algunos escalofríos de leer
el libro en la noche, hasta ganas de morder el libro por la exasperación que
producen algunas líneas. Y es un libro también muy rápido de leer.
Todavía me queda The Haunting Of Hill House, por la
llamada maestra del terror Shirley Jackson. El libro parece prometer que podría
que encontrarme con una habilidad literaria digna de los grandes clásicos (de hecho,
entiendo que es un clásico),
pero solo podré confirmarlo cuando lo lea.
Lo que básicamente quería hacer, con
la narración de mi experiencia tras leer dos libros de terror, era invitarlos a
leer literatura de terror. Si bien mi experiencia en ésta área es todavía muy
reducida (2 libros no son nada), ha sido muy, muy positiva, rápida, eventualmente escalofriante, y muy, muy
entretenida.
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