Personalmente, un libro me parece
considerable desde el momento en que suscita emociones intensas y disfrutables al
interior del alma del lector. Si evaluáramos la calidad de los libros, basándonos
en la intensidad de estas emociones, tan solo por ello, Wuthering Heights (Cumbres
Borrascosas) calzaría inmediatamente como la obra maestra que mundialmente
es considerada.
Cuando me dijeron que tendría que leerlo en una versión
reducida para la Universidad, no sentí un mayor entusiasmo. Se lo comenté a un
par de personas adultas, y todas parecían ubicar a “Cumbres Borrascosas” de la
misma forma que yo: como una historia de amor, clásica, sí, pero sin nada que
recordaran que la distinguiera de un romance cualquiera y muy cursi.
Solo una amiga muy querida leyó
Cumbres Borrascosas antes que yo, e intentó entusiasmarme. Incluso ella también
escribió una reseña, muy bien escrita por cierto. Pero aun así no hubo caso.
Solo cuando leí el libro, incluso
de forma superficial pues era una versión groseramente reducida, pude darme
cuenta de su genialidad. Y es que no se necesitan mayores antecedentes, ni
mayores conocimientos literarios, ni un mayor análisis para inmediatamente caer
rendido ante esta novela.
Hay algo que quisiera dejar muy
claro: Cumbres Borrascosas está lejos,
LEJÍSIMOS de ser una historia de amor convencional.
La versión reducida me gustó
tanto, y para ser reducida produjo tantas
sensaciones en mi interior, que me propuse leer la versión completa y
original, o jamás podría sentir que podía opinar de ella con propiedad. Y vaya que valió la pena.
Cumbres Borrascosas es un libro
que puede ser disfrutado absolutamente desde cualquier ángulo:
superficialmente, es entretenidísimo, atrapante, misterioso, brutal. Y si se
comienza a escarbar un poquito, su estructura es tan, pero tan perfecta que me abruma siquiera intentar explicarlo; por
primera vez comprendo cómo es que existen tantos libros que se dedican a analizar
esta obra.
Cumbres Borrascosas es la historia de dos personajes malditos, concebidos con la constante sensación de que en algún momento se van a
transformar en héroes, príncipes y princesas, que vivirán felices para siempre,
pero que nunca llegan a lograrlo (no les estoy contando el final, éste
es solo el principio). Y que en su lugar, juntos (con un importante aliño
social) destruyen la posibilidad de estar juntos, y se embarcan una misión bizarrísima y muy violenta para vengarse
del otro, arrasando con todo a su paso. Todo lo que amaban, lo que podrían
haber amado, lo que los amaba. Absolutamente todo. Echándose constantemente la culpa
por no poder estar juntos, atormentados por un amor poderosísimo, obsesivo y
enfermo.
Heathcliff, el personaje que podríamos decir que hace más acto de presencia
a lo largo de la novela, es ese galán abrutado que todos los corazones
sensiblones estamos esperando que en cualquier momento se transforme en el
amante de nuestros sueños. Sin embargo, a medida que avanza la novela, cada vez
parece alejarse más de ello, transformándose en uno de los personajes más malvados
que he descubierto, más malvado que psicópatas, asesinos y torturadores que conocido
en otros libros.
Sin embargo, Catherine
Earnshaw, la bella y pasionalmente “amada”, no se queda atrás. Siendo quizá la gatillante
de todos los males de la novela, el
cerillo que enciende una bomba. Recién estaba conversando con una amiga sobre quién
sería el más malvado, si Heathcliff o Catherine; y después de su argumentación,
diría que el asunto es bastante parejo, entre consecuencias de crianza y malas
costumbres de la alta sociedad. Aspectos que notarán en el minuto que lean el
libro.
Si tuviera que utilizar una palabra
para describir esta obra sería: brutal.
Los personajes, con sus variadas psicologías construidas con una genialidad que
no me cabe en la cabeza (en la que los contextos sociales y la crianza son
respetados con una habilidad irrisoria) son desesperantes, repugnantes,
desesperanzadores, adorables, entrañables, maravillosos, horrorosos, y
absolutamente todo adjetivo del diccionario. Este libro me produjo tantas
emociones intensas, desde la pena más profunda al odio más intenso, que
literalmente mordí el libro varias veces y tuve que contenerme de no arrancar
algunas páginas. Mi pololo es testigo de las exclamaciones que soltaba mientras
lo leía.
De lenguaje fuerte y adelantado,
con insultos como “slut” en un libro escrito por una mujer a principios de
1800; armónico, bello, perfectamente construido palabra por palabra, de
escenarios dramáticos y poderosos, Wuthering Heights es sin duda uno de los
mejores libros que he leído en mi vida. Jamás habría sospechado que me gustaría
tanto.
Tengo la sensación de que Cumbres
Borrascosas es un libro subestimado en Chile, por su errónea fama de libro
romántico para mujer, y por su fama de libro viejo y fome. Sin embargo,
quisiera que estos motivos desaparecieran de la existencia, pues no podrían ser
más alejados de la realidad. Efectivamente es un libro antiguo, pero si leyeran
el original, se sorprenderían de lo moderno que es el lenguaje para haber sido
escrito hace un chillión de años. Y, sin duda, no es un libro para solo para
mujeres. Esas cosas de libros para determinados géneros, al igual que cualquier
estereotipo, es una estupidez.
¿Qué si lo recomiendo? No solo lo recomiendo. Sino que le sugiero
imperativamente que vaya a su librería más cercana y lo lea ahora. Ya
sea en Español o en Inglés. Pero lean la versión completa, siempre versiones
completas. No a la versiones reducidas.
Me emociono tanto, que siempre
siento que los reviews de los libros que más me gustan, son los que peor me
quedan. Pero espero que al menos el mensaje, aunque quizá no estuviera escrito
con demasiada belleza y/o prolijidad, quedara claro: Usted debe leer Cumbres Borrascosas.
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