Y Julio llegó y antes de
que pudiéramos terminar de hacer todo lo que habíamos planeado para estas
vacaciones, se fue, tan fugaz y escueto como la poca lluvia que ha caído sobre
Santiago este invierno. Han sido días tranquilos, flojos y aunque honestamente
siento que he dormido lo suficiente para no tener que volver a cerrar los ojos
nunca más en la vida, lo cierto es que nunca parece ser suficiente descanso,
especialmente considerando lo duro que ha estado este año y que ahora se viene
la parte más dura de él.
Hoy vengo a hablarles del
último libro que me terminé (The Curious
Incident Of The Dog In The Night-Time) pero – tal y como mencioné en Instagram
– no podía proceder sin antes hacer una referencia a mi
cumpleaños recién pasado: el 9 de Julio cumplí 22 y creo que ha sido
honestamente uno de los mejores cumpleaños que he tenido. Inicialmente
pretendía contarles todo en detalle, pero hay tanto bonito que decir al
respecto que la posibilidad de no poder narrar todo al 100% me angustió en
mi TOC y decidí guardármelo. Lo que sí puedo decir, es que fue un día hermoso
en el que estuve rodeada de amigos, cariño, regalos, comida y tantos gestos de
afecto que aún parece surreal.
Este cumpleaños recibí
tanto amor que se me hizo inevitable pensar en la Catalina en la plenitud de
su antisocialidad, algunos años - no muchos - atrás: sola, triste y con
el secreto añoro de algún día celebrar en compañía de amigos que en aquél
entonces eran realmente escasos. Pensar en mi persona de hace algunos
años fue quizá la parte más emotiva del día porque por primera vez observé genuinamente que el paso de los años no
ha sido en vano, y que las decisiones que comencé a tomar en un punto de mi
vida han sido las correctas y estoy orgullosa de ellas y de que hoy me permitan
ser una persona más feliz, más sabia (aunque con todo aún por aprender),
rodeada de las mejores personas del mundo y un cariño con el que jamás podría haber
siquiera soñado.
Otro punto que me
sorprendió especialmente este año y que sencillamente no podía quedarme sin
destacar (aunque públicamente todos declaremos que no son lo más importante) fueron los regalos. ¡Ni siquiera en todas las Navidades de
mi vida había recibido tantos! Y eran todos tan bellos, y todos albergaban tanto
cariño, y todos demostraban venir de personas que me conocen tan bien que sencillamente fue imposible que no resaltaran este cumpleaños. El siguiente es un punto en el que mi TOC también se halló en conflicto
porque quería compartir con ustedes algunos de los regalos que recibí, pero si
compartía algunos sentía que todos merecían ser compartidos y la idea de
detallar casi como en una lista de supermercado todas las cosas que seres queridos me habían regalado me incomodó. Es por lo mismo que decidí guardarme los regalos también y quizá con el tiempo irán apareciendo espontáneamente por aquí y por
allá.
Los que no me podía quedar sin compartir, eso sí, son los libros. Pero no porque fueran regalos mejores o más importantes o más significativos que los demás (porque absolutamente
todos los guardé en mi corazón de la misma forma), sino que porque mi blog es
básicamente de literatura, lo que significa que inevitablemente escribo de
libros y cuando esos libros son regalados me gusta mencionar cómo llegaron a
mis manos. Sin embargo, antes de proceder a compartir con ustedes los libros
que recibí, quería volver a darle las
gracias a todas las personas que se hicieron presentes ese día, ya fueran
amigos, familiares, conocidos o desconocidos; ya fuera a tiempo, antes o
después; ya fuera con un abrazo, una llamada, o un mensaje; y que hicieron de
aquél día un cumpleaños hermoso y
memorable. Realmente gracias por absolutamente todos los gestos y
por hacerme sentir que ha valido la pena el paso del tiempo.
Ahora, después de esa
emotiva introducción que aspiraba a ser “breve”, estos son los libros que recibí
para mi cumpleaños y que estaré leyendo y reseñando próximamente:
"Make something up" el último libro de Chuck Palahniuk (regalado por Martín), “Anna Karenina” de Leo Tolstoy (el cual no fue exactamente regalado para mi cumpleaños, pero llegó más o menos en la misma fecha, de parte de una tía), "Stardust" de Neil Gaiman (regalado por la Lorena), "Franny and Zoey" de mi muy querido J. D. Salinger (regalado por la Domi), "The curious incident of the dog in the night-time" de Mark Haddon (también regalado por la Domi y el libro que precisamente hoy reseñaré) y "Ulises" de James Joyce (regalado por mi papá).
Dicho lo anterior, hay
mucho que leer y reseñar por lo que procedamos inmediatamente con la reseña que
hoy nos convoca:

“The curious incident of the dog in the night-time” o “El curioso incidente del perro a medianoche” en español, es un libro que llega a las manos del lector con una portada muy bonita y una contraportada (ver foto) que declara que el libro trata de un chico de 15 años con autismo y una mente extremadamente lógica el cual se embarca en la misión de descubrir quién asesinó al perro de su vecina, al estilo de su autor favorito, Sherlock Holmes. Personalmente, este libro me llamaba la atención desde hace mucho tiempo porque siempre he sentido un interés especial por las personas con algún tipo de autismo o dificultad social grave, por lo que mis expectativas al recibir el libro, si bien no inmensas, estaban aliñadas con una importante cuota de entusiasmo.
Comencé a leer el libro
pocos días después de mi cumpleaños y me lo terminé rapidísimo sin siquiera
poner demasiado esfuerzo en la misión: me encantó. El lenguaje es amigable, la
trama sencilla, y es fácil identificarse, comprender o interesarse por los
temas que se tratan en el libro: la imperfección de los padres, los efectos de
una separación en los hijos de la pareja, la intolerancia normalizada, las
dificultades que conlleva socializar de forma distinta. El personaje principal,
Christopher, es adorable en su honestidad, ingenuidad e inteligencia, y a lo
largo de la lectura es muy emotivo ponerse en su lugar y experimentar casi en
carne propia el tormento de los eventos cotidianos que podían destruir el
perfectamente organizado mundo que Christopher había concebido para poder vivir
tranquilo y feliz.
Termine el libro
sintiéndome satisfecha, feliz y con la sensación de que había leído un muy buen
e interesante retrato de uno de los temas que más me interesaba a la hora de
leer este libro: el autismo. Ya
había investigado anteriormente del autismo y el síndrome de Asperger (síndrome
que en algunas ediciones se dice que Christopher tiene) y a primera vista todo
pareció hermoso, coherente y muy emotivo. Sin embargo, fue cuando me puse a
realizar una investigación algo más detallada del libro (precisamente para
escribir esta reseña de la forma más completa posible) que comenzaron los problemas.

Muchos adultos,
orgullosos, declaraban también estar utilizando el libro con fines
educacionales para que personas que eventualmente pudiesen entrar en contacto
con autistas, pudieran tener una idea de cómo se vive el “trastorno” y por ende
poder estar preparados para lidiar con las particularidades que éste conlleva. Sin embargo, cuando quise ahondar un
poco más en la precisión del libro en su retrato del autismo fue que me encontré
con las sorpresas más grandes y las cosas se pusieron muy confusas:
- Ingresé a páginas sobre autismo y me encontré con varias personas, tanto autistas como especializadas en autismo, que desglosaban en detalle el libro y daban a entender que, si bien Christopher efectivamente comparte características con las de personas con autismo (y el libro puede ser muy valioso literariamente), su comportamiento era completamente impreciso y era imposible que algunos razonamientos o conclusiones a las que el protagonista llegaba fueran realizadas por un autista o asperger de 15 años. (Una de varias referencias)
- Posteriormente leí un artículo escrito por el padre de un niño con síndrome de Asperger y en él, además de reiterar la imprecisión del retrato y que el libro había creado un falso e irresponsable estereotipo del autismo con graves repercusiones para las personas que sufren de él, el autor compartió lo que Mark Haddon había contestado a este tipo de críticas: que el suyo no era un libro sobre autismo, que él jamás había dicho en ninguna parte que Christopher fuese autista, y que él ni siquiera había investigado sobre el autismo en detalle; que solo había leído un par de artículos sobre el tema y le había otorgado a Christopher características que tenían personas que él conocía. (Referencia)
- Sorprendida y dolida en lo muchísimo que me había gustado el libro, investigué más respecto a la polémica: Efectivamente, los dichos que había compartido el padre del niño con asperger estaban (y siguen ahí) en la página oficial de Mark Haddon. Encontré también declaraciones en las que el autor débilmente argumentaba que al interior del libro él jamás utilizó la palabra “autismo” o “asperger” y que por favor no se utiliza su libro como un “manual de autismo” con fines educacionales porque su libro no tenía absolutamente ningún soporte académico. (Referencia y referencia)
- En lo que respecta a las declaraciones del autor negando que el libro incluyera la palabra “autismo”, son efectivas. En el manuscrito, el libro, la porción de texto que Mark Haddon escribió personalmente, en absolutamente ningún lugar incluye las palabras “asperger” ni “autismo”. Lo único que se sabe es que Christopher tiene dificultades de comportamiento (behavioural difficulties), ama a las matemáticas y acude a un colegio para personas con necesidades especiales. Sin embargo, la contraportada dice claramente “Christopher is autistic” ¿qué es lo que estaba pasando? Después leí que una película basada en la obra se estaba preparando y que el autor había decidido mantenerse completamente al margen tras haber tenido una mala experiencia adaptando otro de sus trabajos y que no sabía cómo se retrataría la obra y que “O tomas el cheque y te callas, o no tomas el cheque. Yo decidí tomar el cheque.” (Referencia)
![]() |
"...Christopher is autistic and everyday interactions..." |
Necesité varios días para procesar todo lo que había descubierto. Nunca antes me había ocurrido que me gustara tanto un libro y que la información que encontrara posteriormente respecto a él calara tanto y de forma tan negativa en mi impresión. Primero, me entristeció y decepcionó profundamente el haber leído un libro con la constante sensación de que era un retrato realista de un tipo de personas que existe (las personas con autismo) y que después tal no fuera el caso. Me sentí estafada y decepcionada, sentía que habían jugado con mi predisposición emocional.
Sin embargo, lo que más
me molestó, más todavía que “The curious incident of the dog in the night-time”
fuera finalmente una obra de completa ficción, fue la completa pasividad del autor. Por un lado, está bien: los
escritores no siempre tienen el control de la forma en que sus libros se
editan, por lo que puede que efectivamente la palabra “autismo” o “asperger”
apareciera en contra de su voluntad en la contraportada de la obra.
Sin embargo, me parece que Mark Haddon tenía la importante responsabilidad de
dejar muy en claro desde el principio, ya fuera a través de entrevistas o sus
redes sociales, que si bien las ediciones de su libro llevaban aquellas
palabras, no-es-un-libro-sobre-autismo y
que de ninguna forma debe ser leído como semejante.
Si el malentendido se
hubiese generado en torno a un tema menos relevante, creo que la forma de
reaccionar de Mark Haddon habría sido aceptable o comprensible, pero estamos hablando de una
condición seria que afecta la forma en la que las personas viven y socializan,
y me parece una irresponsabilidad del tamaño del costanera que el autor tenga
palabras tan sosas por un
malentendido que - tal y como dijo el padre del chico asperger en el artículo que mencioné anteriormente - está generando
un falso, impreciso e incorrecto estereotipo de las personas que viven con
autismo o asperger.
Después de todo lo
anterior, me costó muchísimo volver a mirar al libro con el cariño y la emoción
con la que lo había terminado, pero después de conversar con la Domi y Jairo
sobre la polémica, decidí que no podía permitir que un escritor sacowea me destruyera el goce que había
experimentado leyendo su libro. Ambos me recordaron que estas cosas pasan, que
a veces un escritor desagradable escribe cosas bellas y otras veces escritores
agradables escriben cosas malas, y que el hecho de que fuera ficción no
significaba que no existieran personas que fueran como el personaje. A fin de
cuentas, la mayor parte de la literatura universal es ficción y todos llevamos
siglos identificándonos con sus personajes.
Decidí quedarme también
con el hecho de que, si bien no es una obra sobre autismo, “The curious incident
of the dog in the night-time” invita a reflexionar sobre la condición y a
pensárnoslo dos veces a la hora de tratar con una persona que es distinta; a
ser más empáticos, a ser más tolerantes, a ser más comprensivos.
Para ir finalizando ¿deberían leer este libro? Después del
largo y ambivalente proceso emocional que experimenté con esta obra, creo que sí, deberían leerlo. Teniendo en mente
que es un libro de ficción y no un retrato de un adolescente con autismo, es un
libro precioso, simple, rápido de leer, emotivo y muy entretenido, que además
tiene el plus de invitar a reflexionar sobre todo lo que mencioné anteriormente.
Sin embargo, me parece que está en las manos de las personas que leamos este
libro (e idealmente también en las de quienes no lo han leído) el esparcir y
dejar muy en claro que “The curious
incident of the dog in the night-time” no es un libro sobre autismo, y es
una irresponsabilidad que se lea como tal, especialmente si hay personas
utilizándolo con fines educacionales estrictamente relacionados al
autismo.
Me parece que con eso
terminamos. Muchísimas gracias por leer, y me disculpo de antemano si utilicé
algún concepto o palabra equivocada en relación al autismo. El tema me interesa
muchísimo, pero no soy una experta, por lo que a la hora de utilizar palabras
como “condición” o la expresión “sufrir de” podría haber caído en
equivocaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario